Por Alejandra Uribe

La fotografía en blanco y negro parece crear una singular forma de intimidad y lejanía al mismo tiempo. Es una contradicción dada quizá por la nostalgia que la imagen genera -lejanía- y la respuesta emotiva e intima que nos produce. Y tal vez la imagen monocromática sea la forma más idónea de capturar la esencia de toda ciudad


Fotografiar es el acto de preservar la irrepetible teatralidad del instante y el drama del momento. Es también una forma de apropiarnos del espacio que ocupamos como citadinos. Toda urbe está hecha de edificios, de sus sombras, de sus espacios y de los pasos, rotros y deseos de quienes la habitan. Consideramos que lo que hace Alejandra Uribe es arte fotográfico puro y excelso muy a pesar de que ella se empeñe en desmentirlo.

Y es que sus imágenes nos recuerdan de inmediato a Susan Sontag, «las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y lo que tenemos derecho a observar.» Toda fotografía es un acto de agresión y substracción. Es una manera muy particular de modificar nuestro entorno y a pesar de lo que digan los puristas o escépticos es un conjuro que cada vez apreciamos más y más. La prueba está en la cantidad y calidad de las imágenes que hoy día no solo consumimos sino también producimos.

En La camara lúcida Roland Barthers nos recuerda que «La fotografía repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente.«

«La era de la fotografía corresponde a la irrupción de lo privado en lo público; a la creación de un nuevo valor social como es la publicidad de lo privado.» Roland Barthes, La camara lúcida.

La fotografía pasó a ser un arte ontológico en el momento en que empezamos a fotografíar al mundo, las cosas y las personas no tal y cómo las vemos pero cómo las sentimos.

«La fotografía permite cerrar los ojos, los abrimos y sigue ahí, pero el cine no, por eso debe ser silenciosa. En la foto no hay un fuera de campo, lo que ocurre solo ocurre dentro.» Roland Barthes, La camara lúcida.

Y continuando con Sontag: «Hay algo depredador en la acción de hacer una foto. Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se ven a sí mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente«. 

Reconocemos en la fotografía la forma más inmediata y accesible de poesía y la razón por la cual es tan ubicua hoy día es porque en ella encontramos una forma de ordenar los fragmentos del mundo.

«La fotografía, a veces, hace aparecer lo que jamás se percibe en un rostro real (o reflejado en un espejo): un rasgo genético, el pedazo de uno mismo o de un pariente que proviene de un ascendiente (…) La fotografía ofrece un poco de verdad, con la condición de trocear el cuerpo. Pero dicha verdad no es la del individuo, que sigue siendo irreductible; es la del linaje.» Roland Barthes, La camara lúcida.

«Todas las fotografías atestiguan la despiadada disolución del tiempo.» Susan Sontag, Sobre fotografía.


Todas las fotos por Alejandra Uribe, quien prefiere ser llamada una fotografa aficionada. Para quienes deseen ver más imágenes suyas, su cuenta de Instagram es Aleuriberios