Una vez más les ofrecemos las palabras de una joven poeta chilena afincada en Londres y cuyo trabajo literario individual o con el Greenwich Poetry Workshop está adquiriendo cada vez más adeptos. Si leen estos cinco nuevos poemas quizás puedan entender por qué


Escribir poesía se nos hace a algunos imprescindible, de primera necesidad, innegable. Una
gran poeta chilena, María Eugenia Bravo Calderara, querida amiga mía, escribía en su
memoria, cuando como presa política se le negó el papel. A muchos se nos hace imposible
ser sin el poema como herramienta de sobrevivencia: como apertura al procesamiento del
dolor, como ventana abierta a la esperanza.

A través de la poesía nos abrimos a una forma diferente de ver lo que nos rodea.
Escuchamos de pronto la voz del enigma, de una verdad inconsciente o como dijo Gonzalo
Rojas en su poema Conjuro “la figura de la eternidad / en la tormenta”.

El poema se impele como si vibrara ya en las cosas mismas, en la experiencia emotiva de ser
y serse a cada instante en lo inevitablemente efímero. Entre la dicha y la desesperación, en
un baile desatado, en los rincones sucios, en mañanas de atochamiento en el metro: nace el
poema.

Y una vez que nace tiene vida propia.

Xaviera Ringeling

§

Apertura

mañanas engendradas de la bruma
en que la luz se refracta  entre el verde 
del castaño   a través de Granville Park  
sobre el aire empañado

y esta luz enrarecida hace  
por breves instantes    visibles 

los secretos del aire

refulgentes partículas de polvo y polen
largos hilos de telarañas iluminadas
pelusas flotantes  pompones vegetales
raudos entres surcadores plateados
robustos insectos de vuelo lento

todo esto lo revela un sol que empieza ya
su caída invernal en el horizonte citadino
murmurando 

hay vida en los recovecos del aire
hay promesa en el espacio que piensas vacío 

Padre de la música

brama el generoso       su pura energía    
contra todo lo que le afirma la existencia laboriosa 
lo que le sostiene el ser  ente-rugido 

por las grietas de esta casa 
por las copas verdes 
por las rendijas del atardecer  

por todos los espacios entre cada existencia erguida
ahora elocuente por él 
resistiendo   cediendo a grados   para perdurar 

y perdurarlo  
pues todo lo que yergue  
canta por él


Ensueño

tirita un álamo de sangre 
en el deseo de dar hermandad 
furiosa donde reina la pasión 

todo quisiera serse imperecedero  
cada amor con su cadencia 
y su voluntad de poder 

pero el viento desplaza la mañana 
nocturnos nos sumerge 
en todavía

Xaviera Ringeling nació en Paraguay pero es de nacionalidad chilena. Estudió filosofía en La Pontifica Universidad Católica de Chile y luego completó una maestría en estudios medioambientales en la University City of London. Su poemario Alba fue publicado por El Ojo de la Cultura en 2019. Nuestra reseña de ese libro puede leerse aquí

Imagen cortesía del pintor Juan Carlos Flórez