Por Juan Toledo
Nuestra tercera entrega de grabaciones hechas por colaboradores. Estas tres son caminatas hechas en Londres, incluyendo un viaje entero entre dos estaciones del Tube, un trompetista callejero y una apurada caminata junto al Támesis
Hace poco más de dos años publicamos unos paisajes sonoros londinenses, casi al mismo tiempo que lo haciamos con una nota muy intersante de Silvia Rothlisberger sobre ese término fránces que denota a las mujeres reclamando la ciudad caminándola: flâneur.
Estas tres grabaciones no son de flâneurs pero sí son experiencias sonoras y peatonales alrededor de la capital británica, entre ellas un viaje entero entre dos estaciones de trenes suberraneos al suroeste de la ciudad.

Blackfriars Bridge es la única estación de trenes de Londres que está construida sobre El Támesis. A unos pasos de su salida al costado sur del río se pueden ver el puente peatonal Millennium Bridge, The Tate Gallery y The Globe Theatre. Esta grabación es temprano en la mañana, antes de las ocho cuando las oficinas aún no han abierto y hay más de una persona trotando.
Al comienzo se escucha mis pasos y un par de trabajadores reparando obras y de transfondo, el rugir de esas maravillosas bestias metálicas que son los trenes. No así, al alejarme de la estación lo que queda es una cacofonia más sosegada compuesta de mi respiración, mis pasos y el vaiven del río estrellandone contra las paredes de las orillas.

Es la plaza aledaña al British Museum y un sitio de tradición literaria porque las oficinas de TS Eliot en Faber and Faber, la casa de Virginia Woolf y «el centro de operaciones del Bloomsbury Group» -en la plaza de su mismo nombre- quedan todas todas muy cerca. Hoy día es también parte del campus universitario del University City of London.
La grabación fue hecha en la vispera de navidades y lo que impresiona es el eco sonoro que la plaza le ofrecía al trompetista callejero. Si escuchan con cuidado notarán no solo que está usando un parlante -no muy grande por cierto- sino como el sonido se empieza a desvancer mientras cruzo la plaza que solo se puede hacer de manera diagonal.
Está última grabación representa un corto pero completo viaje entre las estaciones de London Bridge y Bermondsey en la Jubilee Line. La reproducción comienza con la salida de la estación de trenes suburbanos de London Bridge. Notarán la falta de voces humanas en su mayor parte a pesar de ser una estación tan concurrida. He aquí el sonido de las máquinas remplazando a las palabras. Los martillazos metálicos empezando la grabación se producen cuando se desciende caminando las escaleras eléctricas a la entrada de London Bridge, aunque eso no debería suceder. Los pitidos es la música de la tarjetas eléctricas de banco o pases de viajes cobrando diligentemente por el viaje. Luego las únicas voces naturales que se escuchan son empleados de la estación y las ordenes del supervisor en la plataforma de tren. Una vez dentro del vagon se oye la información pregrabada y tras ella el tren desplazándose a alta velocidad por el tunel. Auditivamente, esa parte del viaje no es gentil al oído. Muchas veces los pasajeros se los tapan con las manos por el rechinar del acero en un tunel que funciona como pistón. La grabación termina justo al salir a la calle en Bermondsey. Las escaleras de la foto principal están junto a las plataformas que dan acceso directo a los trenes.
No son sonidos naturales o agradables. Es el ruido de una eficiencia bulliciosa que requiere de rugientes gusanos metálicos paseándose por los instestinos de ladrillo y metal de una metrópolis cuyo principal proposito parece ser la producción y el ocio.
Agradecemos a ZTR Radio y a Enrique Zattara por su calaboración con este proyecto sonoro.