por Juan Toledo

ilustraciones de Claudio Soto


Me acerqué a la casilla del oficial de inmigración en Heathrow. Portaba lo que en términos de inmigración es un irredimible pecado original, un pasaporte colombiano. Armado con el único inglés a mi disposición me acerqué con cara mansa y dispuesto a ladrar bajito mis respuestas.


—¿Cuál es el motivo de su visita?
I gotta roll, can’t stand still, got a flaming heart, can get my fill.
—¿Perdón? —dijo mirándome por encima de sus gafas.
—Ah, ah, ah, ah / ah, ah, ah, ah / ah, ah, ah, aahhh…
—Le pido me perdone pero, ¿me puede decir qué medios económicos tiene para subsistir durante su estadía?


It won’t be long before I find out what people mean by down and out.
—Pero, ¿cuál es el propósito específico de su visita?
To spend my money and drive a car and start telling friends I’m gonna be star.
—Y, ¿cómo va a hacer eso?
I don’t know but I’ve been told a biglegged woman ain’t got no soul.
—¿Está usted referiéndose a su Majestad Elizabeth?

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Oh, oh child, way you shake that thing, gonna make you burn, gonna make you sting.
—Soy de la misma opinión, Lizzy no estaba nada fea cuando joven y se viene a casar con ese griego lenguaraz, ¿no cree?
Hey, baby. Oh baby, pretty baby, do me like you do me now.
—Cualquier persona que hable con tal entusiasmo de la cabeza de nuestra iglesia anglicana lo más seguro es que termine pagando impuestos. Aquí tiene su visa.
Ah yeah, ah yeah, ah, ah, ah, aahh!!!

OLYMPUS DIGITAL CAMERA