Por Sylvia Libedinski
Solo en países suficientemente afluentes existe un fetichismo por las máquinas, y no estamos hablando de automoviles que sí es una idolatría universal. La idea de ver pasar trenes como pasatiempo es prosaicamente incomprensible y lo sentimos por los trainspotters ya que no habrá nada to spot con las huelgas ferroviarias nacionales que se avecinan

Sylvia Libedinsky es la poeta en residencia de Perro Negro. Ella es arquitecta, artista plástica, caricaturista y versificadora -a riesgo de no llamarla escritora porque quizá no le guste. Visita su página electrónica. Diseño tipográfico: Ferdy Carabott