Por Teo Dunaljo

YouTube se ha convertido en la bóveda musical más completa de la historia de la humanidad. Y no es exageración decir que en ella se encuentran ya todas las formas de música que hemos creado desde el comienzo de nuestros días. Pensando en tan sólo una fracción de lo que alberga esa bóveda, le hemos pedido al escritor y melómano, Teo Dunaljo, que nos enliste, según él, los siete mejores conciertos de rock en YouTube de este siglo


Cuando Perro Negro me pidió que escribiera mi lista personal sobre los conciertos de rock disponibles en YouTube de inmediato pensé en la última vez que hablé con Juan Toledo cuando me visitó en Birmingham. Era un día lluvioso y nos refugiamos en The Diskery, una tienda de vinilos de segunda mano ubicada en Bromsgrove Street. Es un sitio histórico, un tanto destartalado pero con una gran colección musical y cuyo futuro pende de un hilo pues es un área que se está aburguesando muy rápidamente.  

Allí escarbamos por más de una hora entre álbumes viejos, mirando docenas de carátulas, no sin reírnos y recordando los efectos de esa portentosa educación sentimental que es la música. Recuerdo conversar sobre la nostalgia redundante de los álbumes de vinilo en una era en donde todo, en unos segundos y frente a un ordenador, está al alcance de nuestros ojos y oídos. Supongo que allí fue cuando él fraguó la idea de este artículo. Cuando le pregunté si estaba seguro de si sus lectores les gustaría un listado como el que me pedía, me respondió: “No lo sé, la idea es publicar cosas que nos gusten o apasionen sino entonces para qué”. Esa respuesta me convenció y esta es mi lista en orden cronológico.

Depeche Mode, Palais Omnisports, Paris 2001

Creo que es del todo apropiado comenzar con la mejor y más popular banda de rock electrónico de todos los tiempos. Una agrupación que ha podido llevar la música electrónica a un nivel de popularidad y melodía que Kraftwerk nunca pudo haber hecho por la insistencia del cuarteto alemán en la no presencia de instrumentos tradicionales.  Depeche Mode, a diferencia, ha evolucionado mucho melódica y líricamente. De cantar banalidades como People are people a verdaderos poemas de angustia y dependencia como In Your Room, Walking in My Shoes o My Own Personal Jesus. Las almas del guitarrista y compositor Martin Gore y de Depeche Mode tal vez se hayan ennegrecido en el proceso pero esa transformación los ha hecho una banda mucho más interesante y pertinente para estos días aciagos. Este es uno de sus primeros conciertos espectaculares filmado por el famoso fotógrafo y diseñador holandés Anton Corbijn. Según algunos, este concierto ya un poco lejano en el tiempo ha sido superado por actuaciones como la de Berlín en 2014 que desafortunadamente no está disponible en su totalidad en YouTube. En esta versión hay que resaltar la maestría con que David Gahan interpreta las canciones del guitarrista Martin Gore, de cómo suda, de su bailadito flamenco y de cómo siempre tiene a la audiencia en la palma de su mano. Gahan es un mini Elvis contemporáneo que ha cambiado las hojaldras y los emparedados de carne frita y mantequilla del primer Elvis por tatuajes y alcaloides. Tan sólo por ello, creo, debemos estar agradecidos.

Muse, Wembley Stadium, Londres, 2007

En 2006 Muse, liderado por el guitarrista Matt Bellamy produjeron Black Holes and Revelations en donde combinaban elementos de rock con música electrónica y pop. Ese álbum les trajo reconocimiento global y la oportunidad de empezar a llenar estadios de la magnitud de Wembley. El tema central de Black Holes and Revelations es la preocupación con la ciencia ficción y de ahí tal vez la presencia incongruente de antenas receptoras en la tarima y de robots que cargan guitarras dentro y fuera del escenario. Hay que darle crédito a Muse por haber sobrevivido como trío con los mismos integrantes por más de un cuarto de siglo. Y aunque siempre enérgicos en directo, esta actuación en Londres en 2007 -que en ciertos momentos trata de emular a la de Queen en 1986 durante Live Aid– es sin duda una de sus mejores y más icónicas. Y en una tradición ya clásica dentro del heavy metal -advirtiendo a la vez que Muse no es heavy metal- el concierto abre con un extracto de música clásica, en este caso La danza de los caballeros de Prokofiev. La ventaja de Muse es que sus canciones complacen a rockeros, goths y hasta metaleros en igual medida y todo ello mientras Bellamy viste la mayor parte del tiempo de rojo, un pequeño detalle de sastrería que lo hace aún más memorable.  

Led Zeppelin, Celebration Day, O2 Arena, Londres 2007

El concierto más anticipado de este siglo y probablemente de la historia del rock con más de veinte millones de personas solicitando entradas para un auditorio con una capacidad mil veces más pequeña. Led Zeppelin siempre fue un grupo compacto musicalmente hablando, de ahí que el percusionista para este último y simbólico encuentro no fuese otro que Jason Bonham, el hijo del desaparecido baterista John Bonham cuya muerte en 1980 significó el fin de un grupo que ya tiene una influencia casi ubicua en las bandas de hoy. Los excesos musicales de tres décadas antes están aquí totalmente controlados. La interacción entre el guitarrista Jimmy Page y el bajista John Paul Jones es mucho más evidente y es interesante ver como los tres miembros originales se congregan en más de una ocasión, de manera casi paternal, frente al baterista al final de algunas canciones. El concierto comienza con un reporte de lo orondo y alto que volaba Led Zeppelin en el país que más los ha querido: Estados Unidos. La banda abre, muy apropiadamente, con Good Times Bad Times y Ramble On e interpretan canciones de todos sus trabajos musicales excepto del último álbum In Through the Out Door. La voz sexagenaria de Plant todavía tiene el poder de seducir y los solos de Page son más mesurados y a tono con el resto de la banda. Prueba de ello son canciones acortadas como Dazed and Confused o la emblemática Stairway to Heaven que parece como si la banda tratase de deshacerse de ella lo más pronto posible. Entre sus mejores momentos en esta actuación están Black Dog, la mántrica Kashmir y una canción que ellos nunca antes habían interpretado en público, For Your Life del larga duración Presence de 1976. Lo otro por decir es cómo la proyección de imágenes realmente complementa los acordes zeppelinistas y también de cómo Page se despoja poco a poco de sus gafas de sol, sobretodo y chaleco para terminar luciendo como un sudoroso Papá Noel asiático en camisa blanca.   

Editors – Paard von Troje, Den Haag 2015 

Esta es una de mis bandas favoritas no sólo porque son originarios de mi ciudad –Black Sabbath también lo es- sino porque para mí representa un grupo que ha logrado definir su propio sonido en la cacofónica y altamente competitiva realidad de las bandas de rock de hoy. Lo que Editors ha hecho es construir un sonido que presta de bandas como Joy Division, Depeche Mode y hasta Led Zeppelin para componer temas que son altamente atmosféricos que fluctúan entre un rock melódico y la música pop electrónica con la diferencia de que sus letras son letanías existencialistas y de incredulidad que compone su líder Tom Smith y que él mismo canta con una de las mejores voces del rock de las últimas décadas. Este es un rock para aquellos que están felizmente desencantados de la vida. Sus canciones son visiones semi claustrofóbicas llenas del anhelo que queda cuando la esperanza está casi perdida. La intimidad de Paar von Troje y la buena producción de 3voor12 de la TV holandesa en materia de sonido hacen de este concierto una gema. Temas como la filosófica Life is a Fear, Formaldehyde y la plegaria atea que es Papillon son muestras de por qué Editors son tan populares en el resto de Europa. 

Red Hot Chili Peppers, Reading Festival 2016 

La única agrupación americana en esta lista y una de las mejores bandas que ha producido el rock alternativo de todos los tiempos. Los RHCP son casi la única prueba que queda de que la década de los 90 no fue una pérdida total de tiempo. Y este es uno de los pocos conciertos enteros filmados por la BBC disponibles en YouTube. La ventaja de tener un producto de la BBC en YouTube es que con ellos se sabe que la calidad del sonido e imagen son inigualables. Reading es el segundo festival de música de verano más importante de Inglaterra tras Glastonbury. Y aquí los pimientos tienen como guitarrista -y vocalista- a Josh Klinghoffer quien hace poco fuese despedido de la banda tras el retorno del hijo pródigo John Frusciante. El mejor legado de Klinghoffer en el repertorio de los RHCP es Dark Necessities y Maggie Raindance. La primera tiene aquí un comienzo magnífico luego de una improvisación tipo jazz al final de Scar Tissue. Y es que el sonido palpitante de los pimientos se congrega alrededor del bajo de Flea. Su latir es el de un corazón acelerado y feliz como el de un niño de diez años con el estómago repleto de chocolate, tartas y caramelos. Para mí el mejor momento es el final de Maggie Raindance cuando Klinghoffer y Flea convulsionan en el suelo mientras Chad Smith golpea inmisericordemente el cuero de sus tambores. Un percusionista que, por cierto, debería tener un mayor reconocimiento.  

Daughter, Montreux Festival 2016

¿Quién dijo que el existencialismo femenino no existe en el rock? Daughter es la refutación categórica de esa idea. En el espectro musical ellos ocupan el lado opuesto de los Red Hot Chili Peppers. Esta banda londinense, liderada por Elena Tonra, es un secreto a voces entre los amantes de bandas dominadas por guitarras eléctricas y en este grupo tenemos dos. Musicalmente ellos podrían ser la hermana menor -no la hija- de Editors, pero una hermana menor más lista y mejor leída que su hermano mayor. Esto se hace palpable en el lenguaje de las canciones de Elena comparadas a las de Tom Smith de Editors. Elena es el paradigma de las mejores cualidades de la feminidad inglesa: gentil, irónica, genuinamente modesta e incrédula de la supuesta adulación que recibe por ser la estrella de una banda alternativa de rock-folk. Y si esto les suena como una banal afirmación chauvinista es porque no le han puesto cuidado a lo que ella canta. Con Daughter entramos a un mundo íntimo, femenino y contradictorio. Es un mundo de pulmones corroídos -bastante apropiado en estos días de Covid-, de remordimiento tras un coito de borrachera, de amantes que no son lo que esperábamos que fueran, de Alzheimers y del desasosiego que se anida al sucumbir a la lujuria en una relación ya carente de amor. Daughter no reinventa la rueda pero sí expande y revigoriza ese formato del llamado rock miserabilista por lo sombrío de sus canciones y lo triste de sus letras. Temas como How, Numbers, Doing the Right Thing, No Care y Youth parecen sonar mejor aquí que en las versiones de estudio. Además, la luz prismática que por instantes ilumina el rostro de Elena; los pedales wah-wah y la reverberación de las dos guitarras sumados a la voz angelical de Miss Tonra hacen que ella, por momentos, luzca como un magnífico oráculo helénico que endulza esas visiones de la desesperanza humana.   

Radiohead, Lollapalooza, Chicago 2016

Para muchos, en estos momentos, la banda más importante del mundo. Este quinteto de Oxford proveniente del internado de Abingdon -lo que significa afluencia económica- ha contado casi desde sus comienzos, pero particularmente desde la aparición de su álbum OK Computer en 1997, con algo que es una rareza en el mundo musical: un éxito unánime de la crítica acompañado de un nivel de adulación y lealtad sin precedentes entre sus fanáticos. Su reconocimiento a nivel crítico posiblemente se deba a que en Radiohead se cristalizan décadas enteras de historia musical. Por sus venas corre los glóbulos rojos de bandas como Pink Floyd, Led Zeppelin, Kraftwerk, Joy Division y por supuesto de la estética punk, todo ello enmarcado dentro de un elevadísimo nivel de innovación y producción musical. Precisión es el epíteto que acompaña los conciertos en directo de esta fenomenal agrupación. Al igual que en Pink Floyd, en Radiohead hay mucho de espontaneidad en su composiciones pero no de improvisación. La creatividad yace en las forma en que las canciones están compuestas. Todo tipo de experimentación electrónica y musical tiene lugar en Radiohead. Y es como si esa cosmogonía melódica arropase y protegiera la voz de Thom Yorke que es la luz que brilla constante desde el interior del capullo. Lo absurdo, lo enajenante, la agresividad inherente en la sociedad, las manipulaciones políticas, la imposibilidad de darle sentido a un mundo caótico y egoísta son presentados una y otra vez de manera mántrica y melódicamente fragmentada en la música de este grupo. Hay quienes aseveran que las canciones de Radiohead pueden escucharse en un bucle continuo que implicaría no escuchar ninguna otra banda sino ellos. Thom Yorke nunca habla mucho en los conciertos y cuando lo hace es usualmente para mofarse. Tal vez es su propia declaración de que todo lo que hay que decir se debe decir musicalmente y que todo lo demás es superfluo. Hay varios conciertos de Radiohead en YouTube ya que es una banda que no tiene problema con la libre distribución de su arte como ya lo han demostrado anteriormente. Y es tan difícil destacar qué canciones sobresalen porque Radiohead, en mi opinión, debe ser escuchado de manera continua, en la oscuridad y con los ojos cerrados. No obstante me atrevería a destacar 2 + 2 = 5, Myxomatosis, Climbing Up the Walls y Body Snatchers entre tantas otras. Hay que decirlo, cualquier persona que no admire a esta banda, así sea desde la distancia, necesita ser clínicamente examinada. Long live Radiohead porque ellos nos han enseñado el formato a seguir para que la música rock en un futuro no muera de puro tedio y repetición.


Teo Dunaljo es crítico, y escritor radicado en Birmingham. Ha publicado en revistas como Crónica Latina y ahora Perro Negro. Es autor del libro de relatos No dejes que la luna salga.