Por Guillermo Arboleda

Publicamos un poema inédito de nuestro nuevo colaborador



Lo veo dormir y pienso en lo efímera que es su vida
que a veces parece un puñado de polvo entre mis manos
Es increíble verlo dormir mientras su tiempo simplemente se hace niebla
Así como la niebla que hoy puebla sus ojos.
Sin embargo no muestra perturbación ni incomodidad alguna
Se muestra plácido como si estuviera en el paraíso
Visiones simples seguro, un hueso, un pedazo de carne

Hoy me acariciaron y aunque me orine no me regañaron,
Hoy había sol y el patio era cálido me recosté y él me abrazó,
Hoy dejaron caer algo al suelo y lo comí, era algo que antes fue de otro animal
Este colchón es mullido lo quiero para mí aunque creo que ya es mío,
Correré si puedo, saludare a los niños y ellos me acariciaran,
Saludaré a otros perros y ellos me saludarán, no me morderán.
Oleré todo desde que salga hasta que entre y claro lo comeré,
Hay tanto que aprender de ese entregarse ante lo efímero
Entender que todo es tan breve que no es opción pelear por la trascendencia
Que la placidez está en lo sencillo, en lo efímero y en lo propio.
Más no es nuestra naturaleza y siempre intentamos tener más tiempo para desperdiciarlo más.
No ver el amanecer, no disfrutar de lo que comemos, del sol que nos quema
De la gente que nos saluda, de lo sucio que nos unta, de descansar plácidamente

Después del trasegar del día. Eterna búsqueda de un más que nunca llega
Muchas veces quisiera ser ese can, no entender que es la trascendencia
No entender que es la eternidad y simplemente vivir lo pasajero
De esa misma forma efímera y plácida.


Guillermo Arboleda es ingeniero de profesión, escritor y blogger; es además fanático de la historia, del conocimiento de las culturas ancestrales y del entramado de las relaciones entre los seres humanos. Algunos más de sus textos pueden encontrarlos aquí