Por Daniel Mastroberardino

El asombro es posiblemente una de las maneras en que la vida nos recuerda su singular irrepetibilidad. Es también una forma de recuperar esas magias olvidadas que yacen dentro de nuestras horas y días corroídos ya por la monotonía. Estos versos sutiles e inteligentes parecen decir algo similar


Ensayo sobre el asombro

El que dijo que Iris era hija de Taumante 
parece que no trazó erróneamente su genealogía.
Platón

Pues los hombres comienzan siempre a filosofar 
movidos por la admiración.
Aristóteles

I

Lo que nace del asombro —de la admiración 
que impacta —Hombre que admira ante todo 
lo que en el mundo existe —si es que existe.

Asombra la horma del sol naciente —Asombra 
la umbra del sol poniente —Asombran espigas 
de oro de vaina abierta —El amarillo en los ojos
asombra —como asombra la sombra que la vista
ve no bien los párpados se levanten para que sea
el despertar en el ser de la vida —y el ópalo del 
cielo no es más tierno que la tersura de la seda.

II

Y negrea el epitafio —Hay todavía demasiada 
gente —Y porque hay demasiada tanta gente es
que asombra —El autor de Teeteto no dice nada 
diferente del autor de la Metafísica —katáplixi
ante un hecho inesperado —combustión secreta.

La conciencia de los fenómenos que suceden hoy,
la luz en la sombra de un árbol ya ido el mediodía,
la pregunta por el mundo que nace cada amanecer.
Lo que impulsa a conocer la realidad cada vez que
se pregunta qué cosa son las burbujas de la realidad.

Asombra que —en vez de nada —no haya pan en 
la panera —que en vez de nada —haya sordidez en 
el plato del hambre —que en vez de nada —haya 
palabras —y que nadie pueda leerlas; —que en vez 
de nada —haya desorden en cosas ordenadas según
las leyes del caos —de la duda —y la incertidumbre.

Hay ser o hay nada —y la tercera posibilidad queda 
fuera del juego —Se observa que en otoño las hojas 
envejecen —se vuelven mustias <se habla de que han 
perdido lozanía —frescura —verdor> —Y así se dice 
de la cara —triste en el reflejo del espejo —macilenta.

Melancolía procede del viejo latín vulgar —mustĭdus 
que significa viscoso —húmedo>) —Se disponen a 
morir —y agonizan —y mueren al fin —¿Por qué se 
piensa que este fenómeno es diferente en un geranio?
El geranio rojo oscuro —emana aroma a melancolía.  

III

Toda hoja cae —y al caer canta Eterna memoria que
no es eterna —y tampoco resulta el elixir de lo que
lleva hacia el Eterno olvido al convertirse en abono
que fertiliza el árbol del que ella es primavera y aun 
en verano es parte importante de la desmesura fértil. 

Sorprende para que nunca deje de sorprender —ni 
de advertirnos de aquello que ahora vivimos —que
ya hemos vivido antes —un Déjà vu que sorprende.

Daniel Mastroberardino es un escritor y poeta radicado en esa gran ciudad que es Buenos Aires. Es autor de Hijo de sol: vida y muerte de Tupac Amaru y Barranca y Yaco: vida y muerte de Juan Facundo Quiroga. Esperamos ver más aquí de él en el futuro